El Bernabéu se despide de Kroos

El partido fue secundario, sirviendo como una buena excusa para reunir al personal y despedir con honores a Toni Kroos por sus diez años de éxito y su carácter único. Kroos es un jugador casi extinto, extraordinariamente cerebral y de una precisión científica, rara vez visto. Es un creador de juego que se retira antes de que se lo pidan, incluso cuando le piden que no lo haga, hasta desde su propia familia. Ancelotti lo describe como un hombre valiente, un alemán que no soporta la decadencia. Kroos, tan dedicado al club, pareció avergonzado por el homenaje recibido, incluso con pasillo de honor.

Superado ese momento, el partido fue un entrenamiento elegante y un recreo informal. Nadie lo ganó, lo mereció ni lo buscó realmente. El encuentro fue solo una excusa. Madrid y el público estaban enfocados en otra cosa, excepto Vinicius, quien dejó algunos detalles notables incluso en ese ambiente ceremonial.

Ancelotti probó con el once titular que usará en Wembley, pero es imposible replicar las condiciones de una final, como intentar ensayar en el Ártico para jugar en el Trópico. El Betis contribuyó un poco reforzando la vigilancia en la banda izquierda, donde Vinicius se movió intermitentemente, con dos laterales derechos, Sabaly y Bellerín, y organizando al equipo en un 4-2-3-1, similar al que probablemente usará el Borussia Dortmund en Londres. El resto fue una simulación: un equipo de sparring con once bajas, varios titulares en el banquillo, sin objetivos claros y algunos jugadores del filial. Un Betis inexperto tanto por fuera como por dentro.

Del partido sin mucho ritmo, Erdin Terzic debió sacar algunas conclusiones: el Madrid se está inclinando hacia un 4-4-2 en lugar del 4-3-3, Camavinga estará junto a Kroos en la organización y Rodrygo y Vinicius jugarán frecuentemente como delanteros interiores. Terzic ya sabía que Vinicius es el jugador más valioso del Madrid. El extremo rápido y persistente se ha convertido en un delantero completo, capaz de definir y pasar con precisión. En cinco minutos, Vinicius creó dos oportunidades de gol, aunque Carvajal falló en el remate y Rodrygo envió el balón por encima. Luego, Vieites le detuvo un intento de gol a Vinicius, y Mendy también fue bloqueado cerca de la línea por Sokratis. Vinicius intentó un tacón ingenioso que fue atrapado por el portero del Betis. Estas cuatro jugadas destacadas del brasileño ocurrieron en medio de un partido lento y conservador, con el Madrid jugando con cautela.

El Betis tampoco mostró mucha chispa. Sabaly dominó por la derecha, pero sus avances eran ineficaces: varios centros sin convicción, algunas jugadas ingeniosas de Rodri, intentos de Ayoze y un cabezazo fallido de Bellerín. No lograron presionar a Courtois hasta que Miranda lanzó una falta desde la derecha, Courtois rechazó mal y Cardoso remató cerca de la línea. Sin embargo, el VAR anuló el gol por un fuera de juego de Marc Roca, que había interferido en la jugada. Este pequeño error de Courtois no pone en duda su titularidad en Wembley, ya que la infracción fue mínima.

El gol del Betis fue anulado, pero el equipo se dio cuenta de que podía ganar el partido amistoso. Tras el descanso, regresó con más ambición y mejor fútbol. Sabaly estuvo cerca de marcar, y Courtois detuvo un tiro de Ayoze, el mejor jugador del Betis. Aunque la parada de Courtois fue vistosa, no fue muy exigente. Más tarde, Ayoze y Courtois se enfrentaron de nuevo, y el belga hizo una parada milagrosa.

Estos momentos precedieron a los únicos instantes verdaderamente solemnes del partido. Primero, Kepa ingresó al campo, un gran portero con mala suerte que perdió su lugar ante Lunin, aunque sigue siendo apreciado por el Bernabéu. Luego, Nacho se despidió oficialmente, recibiendo un homenaje de la afición. Un canterano perfecto y un relevo infalible, Nacho también forma parte de la historia del club.