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El Milan derrota a una débil Roma

Roma sigue sin escalar con Mourinho

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Xavier Siavichay

Redactor de Golden Fútbol


El enfrentamiento en el Giuseppe Meazza entre dos gigantes de la Serie A puso cara a cara a dos equipos con la urgencia de redimirse después de sus derrotas en la Copa ante Atalanta y Lazio durante la semana. José Mourinho, expulsado en el último partido de liga, observó el encuentro desde la grada. La última vez que la Roma venció al Milan fue en 2019. En los ocho enfrentamientos posteriores, el Milan ha logrado seis victorias y se han registrado tres empates. En este último encuentro, el Milan acarició sus heridas mientras la Roma sumaba su cuarto partido consecutivo sin victoria, con un marcador de 3-1.

La Roma mostró un inicio positivo, desplazándose hacia los espacios y buscando la portería contraria con determinación. A pesar de que el Milan tenía mayor posesión, la circulación de la pelota era tan pausada que no representaba una amenaza para la sólida defensa romana. Sin embargo, el Milan logró encontrar la red antes que desarrollar un juego consistente. Adli recibió en la frontal con tiempo para controlar, realizar un regate y definir con un preciso disparo al palo corto, superando a Svilar, quien sustituía a Rui Patricio como guardameta.

En la zona decisiva del campo, las decisiones desacertadas eran recurrentes en la Roma, ya que sus jugadores tardaban demasiado en tomar decisiones, desaprovechando las oportunidades que ellos mismos habían generado.

En el minuto 27, el equipo de Pioli tuvo su segundo intento, con una hábil conducción de Pulisic que culminó en un disparo con la izquierda directo a las manos del portero belga. Theo, de regreso a la posición de lateral tras varias jornadas como central, estuvo cerca de anotar el segundo con un centro que se complicó y se estrelló contra el larguero.

Aunque los dirigidos por Mourinho mostraban poca expresividad en ataque, tuvieron su mejor oportunidad con un remate de Çelik, un disparo pegado al poste que Maignan logró desviar con la punta de los dedos. Por parte del Milan, Pulisic, el jugador más diminuto pero también más astuto, conectó un cabezazo que rozó el poste.

El Milan inició la segunda mitad con la determinación de ampliar su ventaja en el marcador, mientras que la Roma salió sin un plan claro y se vio dominada por el equipo de Pioli. En el minuto 50, el Milan dio el primer aviso con un disparo desde fuera del área de Loftus-Cheek que fue desviado. La Roma no mostraba reacción y presentaba una defensa poco contundente. Gabbia tuvo una oportunidad clara para marcar el segundo en un remate que parecía más fácil de anotar que de fallar, estando completamente solo dentro del área pequeña. Sin embargo, calculó mal el momento del remate y no logró impactar correctamente. En la siguiente jugada, Giroud marcó el 2-0 en el minuto 55, aprovechando una excelente prolongación de Kjaer en el segundo palo, dejándole la pelota lista para que la empujara con la cabeza.

En las gradas, Mourinho mostraba un gesto de descontento. El entrenador portugués no logra encontrar la clave, y la Roma lleva varios partidos sin mostrar señales de saber cómo reaccionar. Sin Dybala, nuevamente lesionado, el flujo de juego no mejora.

En el minuto 67, la Roma experimentó un destello de esperanza en el túnel oscuro en el que se encontraba, gracias a un penalti cometido por Calabria sobre Pellegrini, quien se anticipó al lateral. Paredes se encargó de ejecutarlo con un tiro a media altura por el centro. En las gradas, Mourinho mostró signos de reacción, al igual que su equipo en el campo, y de haber sido posible, habría saltado por encima de los aficionados para llegar a su banquillo.

El lateral francés atraviesa una temporada menos destacada de lo habitual, especialmente en su contribución ofensiva. Además, debido a las numerosas ausencias en la defensa, se le ha requerido jugar en varias ocasiones como defensa central, limitando su capacidad para brillar y descolgarse tanto como suele hacerlo. En el minuto 83 del partido, al regresar a su posición habitual, participó en una rápida combinación con Giroud, quien le devolvió el balón de tacón, permitiendo que el exjugador del Atlético y Real Madrid conectara un potente disparo a la escuadra. Casi se suma a la celebración Musah, con un disparo al poste después de una hábil conducción en la que superó a varios rivales.