Escándalo de apuestas sacude al fútbol turco: más de 1.000 jugadores investigados

El fútbol turco atraviesa una crisis sin precedentes por un escándalo de apuestas que ya ha llevado a detenciones, suspensiones masivas y una revisión profunda del sistema deportivo del país. Según informó la Turkish Football Federation (TFF), 1.024 jugadores de todas las categorías del fútbol profesional han sido referidos al órgano disciplinario por sospechas de participación en apuestas ilegales.

Ocho personas fueron arrestadas formalmente, incluyendo al presidente del club Eyüpspor, Murat Özkaya, en el marco de una investigación nacional sobre apuestas vinculadas a partidos de fútbol. Entre los 1.024 jugadores suspendidos temporalmente, 27 pertenecen a la Super Lig, la máxima categoría del fútbol turco. Los restantes provienen de divisiones inferiores.

La TFF también ha descubierto que 371 de 571 árbitros activos tenían cuentas de apuestas, y 152 eran activos apostadores. Uno de ellos llegó a realizar más de 18.000 apuestas según la investigación. Ante el gran volumen de suspensiones, la TFF ha solicitado a la FIFA una ventana de fichajes extraordinaria de 15 días a nivel nacional para que los clubes puedan cubrir vacantes en sus plantillas.

Además, la TFF suspendió temporalmente los partidos de las segunda y tercera divisiones por dos semanas para poder manejar la crisis de plantilla.

Este escándalo no solo cuestiona la integridad de partidos, sino que plantea un desafío estructural para el sistema deportivo del país:

Los clubes de la Super Lig y divisiones inferiores podrían perder jugadores clave en momentos importantes de la temporada, lo que generará un impacto deportivo y económico.

La petición a FIFA revela la magnitud: no es un problema aislado, sino una crisis de integridad que afecta múltiples sectores del fútbol turco.La imagen del arbitraje está gravemente comprometida, lo que podría afectar la confianza de los hinchas, patrocinadores y organismos internacionales.

En el plano internacional, Turquía podría enfrentar sanciones o recomendaciones de supervisión por parte de UEFA y FIFA si no se actúa con transparencia y rapidez.

La TFF y las autoridades judiciales turcas tienen el reto de avanzar con claridad y rapidez: las investigaciones deben concluir con sanciones ejemplares, mientras los clubes deben adaptarse a un entorno inédito. En ese contexto, los próximos meses serán decisivos para restablecer la confianza en el fútbol turco y demostrar que este episodio no marcará un antes y un después permanente para la credibilidad de la competición.